lunes, 10 de mayo de 2010
Perdón Hijo.
Es difícil hablarle a alguien que, no solo no existe aún, sino que no sé si existirá, aún así quiero que sepas hijo, que sólo quería pedirte perdón.
Sentaos, por favor, tú y tus amigos a leer esta carta y hazles saber que también les pido perdón a ellos. Con todo preparado, comienzo.
Perdón chicos por dejaros un mundo tan distinto al lugar maravilloso del que disfrutó mi generación, lamento haber llenado el mar de asfalto, lamento haber acabado con la fauna, lamento haber secado los ríos, lamento haberte jodido la vida sin siquiera haber nacido.
En mi época teníamos animales tristes y animales felices, a los tristes los llamabamos cautivos y vivían entre rejas, sí hijo, entre rejas. Hoy, seguramente, los animales que conozcas estarán en cualquier dispositivo de almacenamiento masivo de datos o como se llame a día de hoy. Existían lugares sin aire contaminado, donde hacer deporte sin arriesgar la salud, donde la vista abarcaba kilómetros de hermosos paisajes, donde el sol calentaba y no castigaba.
Sé que es dificil imaginar como fué capaz de sobrevivir una generacion tan egoista del ser humano y pensarás en la injusticia que supone nacer obligado a pagar la cuenta que tu padre dejó pendiente con el mundo.
Si existes y lees esto, no me preguntes nunca por ello, pues no tendré el suficiente valor de explicarte a la cara cómo, día a día, conscientemente destrozabamos el mundo dictando la sentencia de muerte de las generaciones venideras.
El único consejo que puedo darte, es uno que, aplicado en su momento, hubiera salvado tu generación: HAZ ALGO. No pienses que tu granito de arena no puede crear una montaña, no pienses que, sin la ayuda de los que mandan, nada es posible, créeme, si existe una posibilidad de salvar el mundo haz algo, es más, incluso puede que yo aún pueda hacer algo y evite tener que entregar esta carta, espera por mí hijo, buscaré un buen grupo de personas e intentaremos evitar la catástrofe. Si no fuera posible, solo diré PERDÓN.
Sentaos, por favor, tú y tus amigos a leer esta carta y hazles saber que también les pido perdón a ellos. Con todo preparado, comienzo.
Perdón chicos por dejaros un mundo tan distinto al lugar maravilloso del que disfrutó mi generación, lamento haber llenado el mar de asfalto, lamento haber acabado con la fauna, lamento haber secado los ríos, lamento haberte jodido la vida sin siquiera haber nacido.
En mi época teníamos animales tristes y animales felices, a los tristes los llamabamos cautivos y vivían entre rejas, sí hijo, entre rejas. Hoy, seguramente, los animales que conozcas estarán en cualquier dispositivo de almacenamiento masivo de datos o como se llame a día de hoy. Existían lugares sin aire contaminado, donde hacer deporte sin arriesgar la salud, donde la vista abarcaba kilómetros de hermosos paisajes, donde el sol calentaba y no castigaba.
Sé que es dificil imaginar como fué capaz de sobrevivir una generacion tan egoista del ser humano y pensarás en la injusticia que supone nacer obligado a pagar la cuenta que tu padre dejó pendiente con el mundo.
Si existes y lees esto, no me preguntes nunca por ello, pues no tendré el suficiente valor de explicarte a la cara cómo, día a día, conscientemente destrozabamos el mundo dictando la sentencia de muerte de las generaciones venideras.
El único consejo que puedo darte, es uno que, aplicado en su momento, hubiera salvado tu generación: HAZ ALGO. No pienses que tu granito de arena no puede crear una montaña, no pienses que, sin la ayuda de los que mandan, nada es posible, créeme, si existe una posibilidad de salvar el mundo haz algo, es más, incluso puede que yo aún pueda hacer algo y evite tener que entregar esta carta, espera por mí hijo, buscaré un buen grupo de personas e intentaremos evitar la catástrofe. Si no fuera posible, solo diré PERDÓN.
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